Cómo los Posbióticos Transforman tu Microbiota Intestinal

De la microbiota intestinal se ha venido hablando mucho los últimos años. La microbiota intestinal no es más que los billones de microbios que habitan nuestro intestino, principalmente el colon.

Esos microbios intestinales tienen diversas funciones:

  1. Síntesis de vitaminas y absorción de minerales.
  2. Modulación del sistema inmune y de defensa del cuerpo.
  3. Regulación del metabolismo energético manteniendo en equilibrio las grasas y azúcares.
  4. Equilibrio en el eje intestino – cerebro ayudando a controlar la ansiedad e incluso la depresión.
  5. Equilibrando la flora vaginal en la mujer.

Es interesante reconocer que la microbiota intestinal madura o del adulto, termina de formarse entre los 3 y los 4 años. esa microbiota depende de múltiples factores para ser normal y saludable o anormal y simbiótica.

La vía en que nacen nuestros hijos, la alimentación al seno o con leche maternizada, el ingreso a cuidado neonatal, la edad de gestación al momento de nacer, el uso de antibióticos en la madre o en el propio niño son factores que van a modificar la microbiota intestinal.

Una microbiota intestinal afectada por alguno de estos factores y muchos otros, altera las funciones propias que comentamos. El resultado es desequilibrio en la función digestiva, neurológica, inmune e incluso el favorecimiento de obesidad.

Los posbióticos ayudan a mantener la microbiota intestinal equilibrada, saludable, activa y viable para favorecer la salud, ya sea previniendo muchas de las enfermedades de la adultez o disminuyendo el riesgo de la aparición de alergias en la piel o respiratorias.

La investigación en posbióticos es muy reciente y no existe una gran cantidad disponible para usar. Especies como Lacticaseibacillus rhamnosus GG posbiótico, Bifidobacterium lactis BPL1 o Bifidobacterium longum ES1, son de los más importantes.

La acción que estos posbióticos tienen en la microbiota intestinal es diversa, una de las formas es porque equilibran la microbiota manteniendo los niveles normales y adecuados de las especies encargadas de sus funciones, entre otras tenemos:

  1. Aumentan la cantidad de Akkermansia muciniphila, una bacteria fundamental en la producción de moco intestinal.
  2. Desalojan patógenos y los eliminan de la luz intestinal, manteniéndolos controlados.
  3. Favorecen el nacimiento de nuevas células intestinales y mantienen renovado el tubo digestivo.
  4. Favorecen la producción de ácidos grasos buenos como el butirato, que son fuente de energía para el colon.
  5. Mantienen un medio ácido en la luz del intestino impidiendo el sobrecrecimiento de bacterias nocivas.
  6. Equilibran la inmunidad del cuerpo que en el intestino corresponde al 70% de las defensas del organismo.

Todas estas acciones permiten mantener un tubo digestivo saludable con una buena función intestinal, previniendo así la aparición de enfermedades inflamatorias en este importante aparato.

Mantener una microbiota intestinal sana desde el recién nacido, pasando por la infancia, la adolescencia y la adultez trae maravillosos beneficios a la salud y la calidad de vida futura.

Protejamos la microbiota intestinal como se protege el corazón, los pulmones o el cerebro. Este nuevo órgano tiene acciones maravillosas en la función del cuerpo que apenas estamos descubriendo.

Octavio Dávila

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