Bajo peso en niños y probióticos

El bajo peso es una de las principales causas de retraso en el desarrollo del crecimiento físico y mental de los niños, incluida la inteligencia y las emociones. 

Por su parte, la investigación constante sobre prebióticos y probióticos ha revelado evidencia científica indicando que pueden ayudar a niños en estas circunstancias.

Con la advertencia de que el producto utilizado idealmente debe contener la combinación precisa de prebióticos y probióticos, a estos se les conoce como simbióticos.

Los probióticos pueden ayudar a  aprovechar mejor el aporte calórico contenido en la dieta y que se recibe normalmente a través de una alimentación cotidiana.

Pero antes de continuar aclaremos algunos conceptos básicos como prebióticos y probióticos:

Los prebióticos son fibras vegetales que estimulan el crecimiento de bacterias probióticas en el intestino.

¿Y los probióticos?

Los probióticos son microorganismos vivos que, en cantidad suficiente, benefician la salud de quien los consume. 

Más información sobre los probióticos aquí  -> https://imfen.co/probioticos/

¿Y entonces qué son los simbióticos?

Un simbiótico es una mezcla de prebióticos y probióticos que tiene el objetivo de fortalecer la actividad de la microbiota intestinal. 

Ya que tenemos claros estos conceptos, continuemos, la agitada vida en la ciudad ha llevado a cambios en los estilos de alimentación, con un efecto directo en la nutrición adecuada, que oscila entre el bajo peso y la obesidad. 

El bajo peso ayuda a que se presenten enfermedades infecciosas con más frecuencia en los niños. Y el círculo vicioso entre el bajo peso y la infección afecta el crecimiento y el desarrollo social y de aprendizaje. 

El uso de ciertos simbióticos ha demostrado mejorar las condiciones normales del intestino, llevando a ganancia de peso, a través de una absorción superior de nutrientes. 

Al arreglar esa autopista intestinal usada por microbios,  la alimentación normal es bien recibida, tolerada y usada apropiadamente por el organismo. 

Adicionalmente, estos simbióticos promueven un mejor sistema de defensas en los infantes, ayudando a romper el ciclo de infección – enfermedad y convirtiéndolos en niños más sanos. 

Un intestino desinflamado, que funciona bien, que mejora la evacuación intestinal depende de los microbios sanos que hay en el intestino y de la alimentación que se recibe logrando una nutrición óptima para el niño. 

La ganancia de peso y de talla en la infancia depende entre otras cosas de estas condiciones para que se mantengan en el tiempo.

El bajo peso y sus consecuencias

La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe la malnutrición como “carencias, excesos o desequilibrios en la ingesta de energía, proteínas y/o otros nutrientes”.

Con frecuencia el bajo peso es generado por una  nutrición insuficiente, que es “una falta en el consumo de los nutrientes necesarios para obtener la energía adecuada diaria”, que debe ser proporcionada en la alimentación y ocasiona una alteración en la buena función del intestino. 

Esto se evidencia claramente en el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura del 2013. Allí se muestra que el 12,5% de la población mundial está subalimentada, lo que genera un bajo peso en la infancia.

Además se calcula que el 26% de las niñas y los niños del mundo padecen retraso del crecimiento. Esto significa que aproximadamente 2.000 millones de niños sufren de carencia de micronutrientes, fomentando también el bajo peso.

También se observa que los niños de hoy día tienen un bajo consumo de frutas, verduras y semillas. Y esto afecta negativamente su nutrición, ya que no se cumplen los requerimientos nutricionales diarios y ayuda a incrementar el riesgo de bajo peso.

La desnutrición

Un niño con bajo peso puede llegar a ser un niño en desnutrición. La desnutrición conlleva a una falta de energía constante que afecta la salud, un estado de salud afectado empobrece las defensas y un sistema inmune pobre aumenta el riesgo de enfermar.

Además, la desnutrición temprana disminuye:

  • La capacidad de aprendizaje.
  • El rendimiento escolar.
  • La productividad económica en la vida adulta.

Y todo esto disminuye las capacidades para cuidar en el futuro a su propia familia (nuevas generaciones) generando un círculo que perpetúa la desnutrición, la pobreza y el atraso en el desarrollo.

Por lo tanto, no actuar sobre un niño con bajo peso o desnutrido significa aumentar el riesgo de enfermedad frecuente y repetitiva y un aumento en el riesgo de muerte.

Este riesgo se disminuye mejorando el equilibrio entre el aporte nutricional entregado por los alimentos y el gasto de energía diario. 

¿Qué hacer para evitar el bajo peso en mis hijos?

La mejor recomendación para evitar el bajo peso en general es mantener una alimentación equilibrada, tanto en niños como en adultos.

Entregar una alimentación normal y equilibrada, da como resultado un niño con un peso adecuado.  Esa alimentación debe incluir vegetales, frutas, agua y acompañarse de ejercicio diario.

El bajo peso y la diarrea

Otro de los factores precipitantes del bajo peso durante la infancia es la aparición de diarrea. Cuando la diarrea se prolonga o es persistente se  afecta el sistema inmune de defensas, favoreciendo la aparición de enfermedades repetitivas e incluso hace que las vacunas de la infancia no actúen bien.

La alimentación regular

La alimentación regular está directamente relacionada con la cultura y esta, con la zona geográfica donde se vive.

En el caso colombiano, el consumo de alimentos tan diversos como:

  • El maíz
  • La papa
  • La yuca
  • La arracacha
  • El cacao
  • El aguacate
  • La uchuva
  • La curuba
  • La piña
  • El chontaduro
  • Los frutos de palmas

Y muchos otros tipos de alimentos que se usan en las cocinas diariamente reflejan la diversidad de nuestro país. Además son considerados como parte del patrimonio cultural inmaterial de la nación. 

Es importante tener en cuenta los comportamientos alimentarios de cada región de nuestro país y las costumbres cotidianas del plato en la mesa.  

Platos con arroz blanco, yuca, papa, sopas y proteína animal como la carne, el pollo y el pescado hacen parte de las costumbres de nuestra alimentación. 

El objetivo es asegurar que esa comida normal y cotidiana sea adecuadamente recibida y utilizada en el intestino del niño.

Alimentación en niños con bajo peso

El niño con bajo peso no aprovecha la alimentación cotidiana, debido a que su intestino se encuentra inflamado y no puede funcionar adecuadamente. 

Resolver esta situación antes de los 5 años es clave para el resto de su desarrollo y para lograrlo debemos hacernos estas dos preguntas:

  1. ¿Cómo asegurar una dieta diaria adecuada, que sea aprovechada nutricionalmente por los niños? 
  2. ¿Cuáles son las condiciones que debe tener el sistema digestivo para el aprovechamiento de los nutrientes diarios recibidos?

¿Cómo recuperar el bajo peso con probióticos?

Se ha demostrado que el aporte de probióticos a través de la leche materna ayuda a colonizar positivamente el intestino del niño, mejorando sus defensas

También se ha evidenciado que el consumo de alimentos con probióticos durante los primeros 5 años de vida ayuda a prevenir el bajo peso en la infancia y la aparición de enfermedades.

La acción de los probióticos en la prevención de enfermedades tiene que ver con las funciones que desempeñan dentro del organismo, como:

  1. Competir con bacterias malas eliminandolas del intestino.
  2. Impedir que estas enfermen al niño.
  3. Ayudan a fortalecer los mecanismos de defensa naturales del niño.
  4. Mejorar la respuesta ante las vacunas.
  5. Favorecer la óptima utilización de los alimentos consumidos por los niños.

Todas estas acciones hacen que la flora intestinal se llene de microbios sanos y permiten que el intestino:

  1. Absorba mejor las vitaminas y minerales.
  2. Produce ácidos grasos buenos para el hígado.
  3. Mantengan el equilibrio entre azúcares y grasas.

Todo esto da como resultado una mejor nutrición.

Microbios sanos cuerpo sano

nvestigaciones recientes demuestran que mantener los microbios sanos en el  intestino, es decir, tener una flora intestinal o microbiota sana es clave para lograr un estado de salud óptimo.  

La microbiota o flora intestinal se obtiene desde el embarazo. Una mujer embarazada y en estado de desnutrición tendrá una microbiota enferma y en consecuencia aumenta el riesgo de dar a luz un niño con bajo peso.

Un niño con bajo peso desde el nacimiento tendrá mayor predisposición a contraer infecciones y enfermedades durante la infancia.

Es importante entonces mantener un intestino sano, tanto en la madre embarazada como en el niño para ayudar a prevenir la aparición del bajo peso desde el nacimiento.

En contraste, si permitimos que el niño tenga un intestino enfermo, van a aparecer bacterias dañinas que pueden afectar su crecimiento.

¿Cuánto tiempo toma recuperar el peso de un niño?

Si un niño menor de 5 años tiene bajo peso o desnutrición, se necesitan más de 12 meses para recuperar  su peso.

Pero el uso de simbióticos (probióticos + prebióticos) ayuda a  desinflamar el intestino y a restablecer el peso en un periodo de 6 a 12 meses.

Luego de ganar peso, habrá ganancia de talla, de masa muscular y un mejor apetito con beneficios secundarios para la óptima salud del niño.

Recomendaciones para el uso de probióticos

Es muy importante saber escoger la cepa ideal de probióticos para recuperar el bajo peso y así lograr resultados rápidos y óptimos.

También ayuda mucho el uso de  probióticos siempre que el niño tenga que tomar antibióticos, porque los probióticos previenen la destrucción de bacterias buenas y propias del intestino, fomentando una recuperación más rápida. 

Romper el ciclo de bajo peso y enfermedad permitirá al niño un crecimiento adecuado, una buena talla en el tiempo y un desarrollo integral ayudando a alcanzar una adultez normal. 

Conclusiones

  • Los microorganismos probióticos y su alimento, los prebióticos, son fundamentales en el mantenimiento de la salud intestinal y de la nutrición en el lactante y durante la primera infancia, hasta los 5 años.
  • Prevenir la aparición del bajo peso es fundamental en la niñez para evitar una baja talla, dificultades en el aprendizaje, un pobre desarrollo y un lento crecimiento. 
  • Varias cepas probióticas han demostrado un papel fundamental en el mantenimiento del intestino sano. 
  • Los probióticos ayudan a mejorar la absorción de nutrientes y favorecen el crecimiento de los niños al mejorar la autopista intestinal. 
  • La lactancia materna es fundamental para entregar una buena cantidad de microbios sanos al intestino, entre ellos varios probióticos. 
  • Una alimentación normal, culturalmente aceptada y equilibrada aporta suficiente beneficio para el crecimiento del niño en los primeros 5 años de vida, por eso es importante tener un intestino sano. 
  • Ningún suplemento de vitamina funciona si el intestino se encuentra enfermo e inflamado. 
  • El uso de antibióticos debe siempre ir acompañado de probióticos para evitar que el antibiótico dañe el intestino y porque los probióticos favorecen el crecimiento de bacterias dañinas. 
  • Tratamientos de 6 meses con probióticos han demostrado recuperar el peso y el crecimiento de niños con bajo peso. 
  • Cuando el peso y el crecimiento mejoran, el apetito y la aceptación a los alimentos también mejora. 

Nuestra recomendación es evitar la aparición de bajo peso, pero cuando este aparece, un buen aporte de probióticos se convierte en una alternativa para la recuperación nutricional del niño durante los primeros 5 años de vida. 

Nuestra recomendación es evitar la aparición de bajo peso, pero cuando este aparece, se puede hacer un buen aporte de probióticos para ayudar en la recuperación nutricional del niño, especialmente durante los primeros 5 años de vida.

Octavio Dávila

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El consumo regular de probióticos y prebióticos contribuyen a mantener una buena salud

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