imfen - fortalece el sistema inmunologico

Probióticos como soporte de la inmunidad

Diferentes productos se comercializan hoy día dirigidos hacia el fortalecimiento de la inmunidad de los consumidores. Casi el 90% de las personas desean adquirir productos para mejorar el sistema inmune, pero solamente la mitad de ellos lo hacen, ¿por qué?.

La abundancia de oferta de productos en el mercado que ofrecen “mejorar su sistema inmune”, sin suficiente respaldo técnico o científico y en muchas oportunidades el desconcierto cuando el consumidor lo prueba y evidencia que no funciona, suelen ser las causas.

La seguridad de la funcionalidad del producto, su seguridad, la procedencia de las sustancias que lo componen, la facilidad de consumo, la aceptación al consumirlo, parte de las causas, alejan al consumidor de estos productos.

Probióticos como alimentos funcionales de presentación liquida, que se consumen directamente, a la dosis correcta, de una manera rápida y sencilla, con un agradable sabor, que pueden ser usados en todas las edades y condiciones de salud sin restricción, con seguridad, con la composición que asegura un beneficio real, son las características primordiales que siempre consideramos para el usuario final.

La evolución

Elie Metchnikof (1845-1916), es uno de de esos genios que ayudo a cambiar la medicina y el desarrollo de la inmunologia, luego de sus hallazgos. La maravillosa acción de pensar, lo llevo a preguntarse como se integraban y coordinaban las células, las estructuras y los procesos fisiológicos. Describió la fagocitosis y estudio la fisiología de la inflamación.

Nacido en Ivanovka (Rusia), cerca de Kharkoff, el 16 de mayo de 1845. Fue marcado por las ideas de “el progreso de la civilización depende del avance de las ciencias”, le dio la oportunidad de observar seres vivos a través del microscopio.

Dedico parte de su vida a defender su teoría de la fagocitosis (como ciertas células se “comen” a otras). A finales de 1897 y 1898, Metchnikoff establece la idea de que la atrofia senil del cuerpo humano es secundaria a una fagocitosis de los tejidos alterados, al observar que los polimorfos ingerían unos tipos de bacterias, mientras los macrofagos ingerian otro tipo. Se concentro en el proceso de envejecimiento. Fue en ese momento que nace su hipótesis, “ la senilidad en general es el resultado de una intoxicación crónica debida a la presencia de microbios en el intestino”, difundía la idea que el control de la dieta y un estilo de vida determinado evitaban esa “intoxicación”.

Depresivo y con intento de suicidio fallido, para el bien de la humanidad, concentro en algún momento de su vida sus esfuerzos en antropología, evidenciando características poblacionales que se asociaban a cierta ingesta de leche fermentada, fijando su atención en el proceso digestivo, en concreto, el mecanismo de la digestión como criterio de evolución del desarrollo (1).

Fue en Belgica, luego de hacer un seguimiento antropológico de las comunidades de los Urales, que consumían altos contenidos de leche fermentada, que contenía bacilos, a los que llamo Lactobacillus, considero que la longevidad de estas comunidades era debida al consumo de estas “bacterias”.

Pensaba que la vejez se podía retrasar por procedimientos científicos, entregándole al intestino un papel fundamental, buscando un estado “ortobiotico”. Consideraba que era posible sustituir la flora bacteriana perjudicial, por otra, en la que predominaban los lactobacilos. Recomendó la dieta láctea que acidificaba el intestino, pretendiendo disminuir la “intoxicación” que las bacterias nocivas generaban al hombre.

Premio nobel en 1908, gracias a sus trabajos para elaborar la doctrina de la inmunidad (Medicina).

Algo mas de un siglo despues, la ciencia ha tenido la fortuna de confirmar que la experimientación y el postulado de Metchnikoff tenia total veracidad y en la ultima década se ampliaron los estudios acerca del funcionamiento de la microbiota intestinal, los probióticos, los prebióticos y sus acciones en el cuerpo humano.

Las defensas orgánicas (inmunidad) y el hombre

imfen - virusEl ser humano, en su organismo, esta expuesto permanentemente a todo tipo de microorganismos, que normalmente se encuentran en la piel, la boca, las vías respiratorias, el aparato digestivo, las membranas oculares y las vía urinarias. Estos microorganismos son saprofitos (normales y no necesariamente nocivos) o patógenos (pueden producir algún grado de enfermedad) y su cantidad varia de persona a persona.

En otras condiciones podemos estar expuestos a bacterias o virus muy contagiosos y altamente infecciosos y que pueden provocar enfermedades agudas, de alta complejidad, que pueden poner en riesgo la vida del ser humano.

Nuestro organismo tiene un sistema muy complejo y altamente especializado para hacer frente a estas bacterias y virus infecciosos. Se denomina inmunidad, y esa compuesto de células sanguíneas blancas (leucocitos) y células en los tejidos derivadas de los leucocitos.

Estas células trabajan en asocio, de dos formas, para evitar la enfermedad:

1) destruyendo las bacterias o virus invasores “comiéndoselas” (fagocitosis).

2) formando soldados (anticuerpos) y células sanguíneas o en los tejidos, de protección (linfocitos sensibilizados), que juntos o separados, pueden “matar” o “incapacitar” (inactivar) al invasor

Niños

imfen - pauta 1 del covid Cuando el niño nace, ha recibido una cantidad importante de células maternas que son “soldados” que le permiten al recién nacido protegerse durante los primeros meses de vida, entre tanto su sistema de defensas entra en contacto con el medio ambiente y va desarrollando las defensas de protección necesarias para evitar enfermarse.

Sin embargo, cuando un niño entra en contacto con agentes infecciosos que sobrepasan su capacidad de defenderse, aparece la enfermedad. En el caso del resfriado común o de la gripe, estas pueden afectar a los niños en la primera infancia con tasas que oscilan entre los 6 – 10 episodios en el año.

Condiciones especificas, como la prematurez – el pretermino, enfermedades congénitas de base como del corazón, los riñones, la sangre, el cáncer en los niños, afecta directamente su salud y sus mecanismos de defensa, la ganancia de peso, el crecimiento y en oportunidades hasta el desarrollo normal en la infancia.

Simples infecciones respiratorias bajas o intestinales y aun mas, procesos de hospitalización, detienen la ganancia de peso en la infancia, haciendo complicado y prolongado, volver a la curva adecuada de peso.

La PREVENCIÓN es el factor fundamental de éxito para el optimo crecimiento y desarrollo en la infancia, a través de una optima alimentación, una higiene de sueño adecuada, esquemas de vacunación completos, el ejercicio y la exposición al sol y al medio ambiente.

Como ya se ha expuesto, el sistema digestivo contiene el mayor numero de células de protección inmune para el organismo, que interactúan con la microbiota intestinal, crucial en el optimo desarrollo de procesos como la digestión, la absorción de nutrientes, el fortalecimiento de mecanismos de defensa.

La exposición a diferentes condiciones, como el uso (adecuado o indiscriminado) de antibióticos, ciertos tipos de dieta, el estrés en la infancia, la exposición a infecciones y enfermedad, generan cambios progresivos en la microbiota intestinal hasta lo que se ha conocido en nutracéutica como “el punto del no retorno” y es esa afectación de los trillones de microorganismos que tenemos en el intestino y que requerimos para una optima salud.

La condición de madre, en especial, le entrega un ADN innato que la impulsa al cuidado de su hijo. Por naturaleza, su deseo de protección es infinito y supera cualquier prueba que en frente se le presente.

La posibilidad de que esa mamá encuentre el producto con las características que cuenten con sustento científico, calidad en su elaboración, hechos pensando en la infancia y que buscan superar en conjunto esas pruebas difíciles propias de la infancia hace parte de nuestro ADN

Adultos

Durante la adultez el ser humano esta sometido a una gran cantidad de influjos externos, condiciones como la alimentación adoptada, el sedentarismo, hábitos como el cigarrillo o el consumo exagerado o frecuente de alcohol, el uso frecuente de antibióticos, cirugías o previas hospitalizaciones, son todas ellas, situaciones que afectan directamente la microbiota intestinal.

“Todo comienza en el intestino” Hipócrates, 460 A.C.

La aparición de enfermedad en la edad adulta tiene su máxima incidencia hacia la mediana edad. Las principales enfermedades que afectan al individuo son las cardiovasculares, dentro de las que se encuentra la hipertensión arterial. La obesidad es otra condición patológica de tipo metabólico que es generador, entre otras afecciones, de diabetes, hipercolesterolemia, etc.

Enfermedades crónicas de tipo respiratorio, cardiovasculares, renales, de la sangre, el cáncer, son condiciones que minan la salud del individuo y por lo tanto afectan en grado sumo la inmunidad y los mecanismos de defensa del organismo.

El progreso normal hacia la vejez, con el propio envejecimiento tisular, afecta la producción de nuevas formaciones celulares, su actividad y por lo tanto aplana los diferentes mecanismos de defensa del ser humano.

La media de vida supera los 70 años, la calidad de vida es un deseo propio del individuo, vivir mas y mejor hace parte del bienestar de las personas. Este bienestar se ve afectado por la masa de condiciones explicadas con anterioridad.

Volver al cauce natural de la optima condición de salud es posible, requiere de disciplina y de esfuerzo, de generar nuevos hábitos que permitan vivir mas y mejor, disfrutar de la adultez y llegar a la senectud en buenas condiciones.

Los probióticos funcionales dirigidos específicamente a la modulación, el fortalecimiento y la nivelación de la inmunidad hace parte de nuestro ADN y es parte de la motivación que nos lleva a investigar y a desarrollar.

Probióticos e Inmunidad

Los probióticos pueden actuar en el organismo de manera distinta:

1) en la luz del intestino

2) sobre la mucosa intestinal;

3) a distancia, como en el sistema inmune.

imfen - microorganismosLos probióticos han sido bien estudiados, los principales mecanismos de acción identificados incluyen, acciones para mejorar la barrera epitelial del intestino, aumento de la adhesión a la mucosa intestinal, inhibición en la adhesión de patógenos a la mucosa intestinal por competencia, exclusión competitiva de microorganismos patógenos, producción de sustancias antimicrobianas.[/caption]

Los probióticos tiene una gran capacidad demostrada de tener efectos inmunomoduladores, al actuar sobre la inmunidad innata y la inmunidad adquirida o especifica, logrando proteger al individuo contra infecciones y procesos inflamatorios intestinales crónicos, como la enfermedad de Crohn, enfermedad celiaca, etc.

Las células de nuestro cuerpo humano, en el intestino y el sistema inmune innato, tienen receptores que les permite identificar la diferencia entre las bacterias “buenas” y las bacterias “nocivas”, produciendo en este ultimo caso, la formación de distintas formas de protección innata (células) y respuestas de adaptación que buscan combatir la actividad de los gérmenes patógenos.

Los probióticos también pueden actuar estimulando la formación de nuestros soldados orgánicos (respuesta antígeno-anticuerpo), como en ciertos casos de alergias (que son producidas por agentes externos nocivos) o acciones antiinflamatorias en el intestino (M. Carmen Martinez-Cuesta).

Es claro que no CUALQUIER tipo de probiótico actúa sobre el sistema inmune y que no se trata de una “mezcla” de probióticos entregados para el consumo diario. Esto no es suficiente. Estudios dirigidos muestran como ciertas cepas de Lactobacillus y de Bifidobacterias, muy especificas, pueden ser las responsables de esta optima respuesta de nuestro sistema inmune. Algunas de los bacilos lácticos mas estudiados son el Lactobacilo rhamnosus y se ha demostrado a través de numerosas investigaciones, como algunas de sus cepas actúan en VERDAD, produciendo un efecto positivo sobre el organismo.

Probióticos: géneros, especies y cepas.

 

En este orden, un probiótico tendrá la designación así: Genero, Especie, (Subespecie), Designación de cepas, Designación de depositario de cepas internacionales, sobrenombre de las cepas y nombre del producto.

Los consumidores no tienen porque conocer o saber de esto, pero es la base fundamental para que un probiótico funcione, de lo contrario es lo mismo que tomar yogurt, un alimento enriquecido, agradable y saludable, pero sin ninguna acción especifica sobre mi salud, diferente a lo atrás mencionado.

Los probióticos deben usar la designación de cepa, porque los beneficios de los probióticos dependen de ello, del tipo de cepa o de la combinación de cepa que se use, bajo las cantidades que aseguren una dosis eficaz, es decir, el numero de UFC que cada producto debe tener.

Los probióticos a usar para una enfermedad especifica, se basan en los estudios en humanos que se realizan a través de los laboratorios científicos. El uso clínico de los probióticos depende de dichos resultados, al demostrar la funcionalidad que cada cepa probiótica tiene, a una dosis especifica y que no es ni comparable, ni uniforme, en el caso de su uso en inmunidad.

Los beneficios para la salud atribuidos a una cepa, no necesariamente pueden ser atribuidos a otra cepa, a pesar de ser de la misma especie

Conclusiones

Sin el desarrollon inicial en la investigacion de la inmunidad y las condiciones que la afectan, el descubirimiento de los bacilos lacticos y la observacion de su actividad en comunidades que los consumian, el desarrollo de una parte importante de la nutraceutica no seria posible.

Nuestro sistema inmunologico es un entramado complejo y maravilloso de funciones ejecutadas por celular muy especializadas, que permiten a cada indiviudo, a cada persona, estar en contacto diariamente y sin notarlo, con millones de microorganismo, algunos susceptibles de producir enfermedad.

Diferentes condiciones afectan el desarrollo normal de la inmunidad y de los mecanismos de protección del cuerpo. Condiciones sencillas como la dieta, el uso de antibioticos, hospitaliaciones, enfermedades, infecciones o condiciones cronicas adquiridas o de nacimiento, golpean el optimo funcionamiento de la inmunidad en nuestro orgnismo. Recuperarla no es facil, pero no imposible, se requiere de disciplina, habitos, pero sobre todo saber que producto escojo para lograrlo.

Los probioticos tienen demostradas actividades en ese sistema inmunologico nuestro, por distintas vias, de formas distintas y numerosos estudios cientificos, demuestran que actuan muy bien en el fortalecimiento, la regulacion y la activacion de nuestro mecanismo de defensa organico. Esto lo puede hacer siempre y cuando se utilice el probiotico correcto, es decir la cepa especifica, en la cantidad adecuada en el producto, pero sobre todo la cantidad que logra actuar en el intestino y a lo largo de el.

Los probioticos estudiados, diseñados y ofrecidos por IMFEN, guardan las condiciones exigidas por la literatura universal y los estudios cientificos, para asegurar su funcionalidad. La terapia nutraceutica ofrecida y probada en clinica por muchos pediatras, han demostrado como ayudan a fortalecer y mejorar condiciones de base en nuestros niños y tambien en los adultos.

Escoger adecuadamente es la ciencia del camino hacia el éxito.

“No creo que haya un destino sin eleccion, todos elegimos nuestras vidas” Alden Ehrenreich.

Texto redactado por Octavio Davila | Dirección Científica | IMFEN S.A.S.

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El consumo regular de probióticos y prebióticos contribuyen a mantener una buena salud

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